Tras meses de trabajo, impartiendo un curso de Gestor de servicios de control de organismos nocivos y tras un achaque de salud que me ha dejado bajo mínimos y por lo tanto solo he podido atender al FMF, vuelvo a una posible normalidad.
Mi afición por los minerales empezó, cuando mi padre me compró una caja de 50 minerales en Casa Palau en la plaza Real, entonces tenía trece años. Era asiduo visitante del Museo Martorell de Geología en el Parque de la Ciudadela de Barcelona.
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