jueves, 27 de diciembre de 2012

Comienzo de una afición

Unas semanas después de mi cumpleaños con el dinero que había conseguido fui con mi padre a a Casa Palau en la Plaza Real de Barcelona.

Mi primera caja de minerales comprada en Casa Palau "El Taxidermista" en la Plaza Real de Barcelona. Con el tiempo añadí otras piezas semejantes o cambié otras.


Compramos una caja con 50 minerales. Por ello la caja típica empapelada de color burdeos, con dos pisos con 25 minerales cada uno. No recuerdo cuanto costó, pero creo poco más de trescientas pesetas de la época. Mi padre le pidió descuento, pero sólo consiguió que cambiara alguna pieza de la caja elegida por otra pieza de otra caja que nos mostraron. Era por la tarde, seguramente un jueves, pues entonces el sábado  tenías clase todo el día y sólo librabas una tarde, yo los jueves como las criadas y mi hermana los miércoles.



Casa Palau era famosa como "El Taxidermista". Al fondo del local habían unas vitrinas con animales disecados africanos. Lo que más llamaba la atención eran unos gorilas y otros simios, traídos algunos de Guinea.

                                Este nivel de la caja es casi original.

La compra de la caja de minerales venía precedida por la visita con mi padre y mi hermana algún primer domingo de mes (este día la entrada era gratuita) del Museo Martorell de Geología en el Parque de la Ciudadela de Barcelona. Esta colección ha permanecido en ese lugar hasta hace dos años.

                                          Una Malaquita de Alella o una Azurita de Rocabruna.

El interés por los minerales radicaba en que en 3º de Bachillerato estudiaba Ciencias Naturales. Si hacías una colección de minerales, fósiles, conchas, mariposas, el día del examen te preguntaban por tu colección y podías mejorar nota. Oportunidad que no se podía desaprovechar.

En esta foto se ve mejor las dos anteriores, unos Granates del Tibidabo o un Ópalo de Caldes.

Entonces estudiaba en el colegio La Salle Josepets, cerca de la plaza de Lesseps. Tenían un laboratorio de Ciencias Naturales que sólo entramos una vez en todo el curso. Por el vestíbulo tenían unas vitrinas con minerales de Chile y enroscada en un tronco una serpiente disecada que pendía como espada de Damocles sobre nuestras cabezas.

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